El día que llegué a EL MUNDO tras ser nombrado su nuevo director tuve problemas para que me dejaran entrar. Había olvidado mi DNI y los guardias de seguridad no me ponían cara, tras años trabajando lejos de la redacción, desde Kabul, Pekín o Ulan Bator. Pensé en pavonearme cual político -«no sabe usted con quién está hablando»- y jurar que efectivamente era el nuevo director, pero habrían llamado a los servicios sociales. Al contarle la anécdota a mis compañeros, una vez superados los obstáculos de acceso, les dije lo bueno que sería que en adelante los guardias de seguridad me pararan cada día en la entrada para preguntarme quién soy. Y sobre todo, a qué vengo.
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Sin duda la labor de la prensa, convertida en un apéndice del poder económico, pudo también haber sido mejor; por eso un grupo muy numeroso de gente, además de en nuestras profesiones, con la libertad que los periodistas no tenían, empezamos a contar las cosas de la gente corriente.
Ojalá la prensa recupere esa sensibilidad con la gente e independencia suficiente para ejercer su labor.
Mis mejores deseos David, nos va a todos mucho en ello. http://www.mundiario.com/articulo/politica/dimision-monedero-desata-prensa-espanola-novelistas-frustrados/20150502152844029834.html
Para que así sea no sólo debemos convencer a los ciudadanos de que es posible y lo haremos sino también -o quizá sobre todo- a nuestros propios compañeros de profesión, ya que a veces dudo de en qué parte habita mayor escepticismo…
Enviado de Samsung Mobile
Agradable sorpresa la que me he encontrado. Te seguía el blog hace tiempo. Espero volver a poder leer un periodismo de calidad en los quioscos.
Un saludo y mucha suerte.
David,enhorabuena, y que así sea por le buen de todos.Mucha suerte.
Muchísima suerte en este dificilísimo empeño…. David, ¡¡ánimo! !!