Científicos americanos sacaron hace algunos años a Matthieu Ricard de su retiro en un monasterio budista de las montañas de Nepal, lo metieron en el laboratorio, conectaron su cerebro a 256 sensores y analizaron su nivel de estrés, irritabilidad, enfado, placer, satisfacción y decenas de parámetros más. El resultado fue que este francés que un día decidió renunciar a cualquier posesión material, a las comodidades del mundo moderno y al sexo -nada fácil para un francés- fue declarado el Hombre más Feliz del Mundo.
Cuanta vanidad puede encontrarse en cualquiera que se diga el mejor del mundo en lo que sea o el mas feliz del mundo, inexorablemente llegara al punto de partida, a aquel día en que se hizo la gran pregunta y dejo todo afán material por perseguir el anhelo. Probablemente la felicidad sea solo una ilusión, una verdad quimérica en el camino del ser humano. Mas no lo es la alegría existente en cada momento que podemos ser conscientes de que respiramos y que podemos compartir con otros..
Estoy de acuerdo con Viveloco en cuanto a que “la felicidad sea sólo una ilusión…”, si en eso consiste lo que pensamos. Lo de la vanidad, sería si Matthieu Ricard se hubiese autoproclamado con el título mencionado.
Este hombre escribió “En Defensa de la Felicidad”, un libro que a mi personalmente me ha ayudado a salir de la depresión, a entender la vida de un modo diferente, que hace que ahora sí la disfrute con una alegría e intensidad que nunca hubiese imaginado.
Creo que se ha hablado tanto de la felicidad, que se la ha vaciado de todo contenido, cuando debería ser el más claro objetivo de nuestra vida. Convertirla en El Objetivo individual, lejos de una muestra de egoísmo, consiste en adquirir la capacidad de poder transmitirla a todxs aquellxs que puedan ser testigos de que hay personas que la han alcanzado. Y, además, alcanzarla desde el egoísmo me resulta inimaginable, porque la llave que abre su puerta es el amor incondicional que debemos tener por todos y cada uno de los seres.
Para los que creáis como yo, que la felicidad no sólo es muy real, si no que también está a nuestro alcance encontrareis en el libro citado un buen mapa para encontrar un (y digo “un” porque hay muchos) camino hacia ella.
Que la Luz nos guíe.
Ni siento ni padezco, no creo en los cientificos actuales. ¿ Que pasó con la patraña de los neutrinos ? . En un mundo mercenariado todo vale con tal de ser reseñable y sacar un beneficio
Y justo un rato después de leer esto y quedarme tan contenta: me encuentro con esta otra noticia: http://www.earth.columbia.edu/articles/view/2960
Según parece, lo que nos hace felices, de acuerdo con esta noticia que hace referencia al informe de la ONU es la riqueza, tener empleo y otros valores propios del mundo occidental y de la sociedad consumista y materialista.
Tendré que leérmelo bien tras acabar de trabajar, porque me interesa bastante el tema.
http://www.earth.columbia.edu/articles/view/2960
No dice eso, el artículo dice que los países ricos tienden a ser más felices, pero no sólo por tener más dinero individualmente sino que también tienen una gran importancia los factores sociales como ausencia de corrupción, libertad de expresión y opinión, tener un trabajo seguro, buenas relaciones laborales, salud mental, vida familiar estable y matrimonios duraderos.
Es lógico que todas estas cosas sean más fáciles de encontrar en un país desarrollado, lo cual no quiere decir que todos los países desarrollados gocen de estos factores.
Todo el tema es cómo yo pienso y poco a poco intento aplicármelo a mi vida personal. Sólo hay un tema que me da qué pensar algo nuevo… y es el tema del sexo: ¿el sexo se ha convertido en una especia de ‘bien material’ más?
Hace algunos meses lei en un articulo que los hombres que eran mas felices en su profesion y vida diaria eran los sacerdotes catolicos, quienes renuncian por sistema a todas las cosas que mencionas, con la diferencia que la gran mayoria de ellos no estan recluidos en un monasterio apartado del mundo, sino que dedican su vida a servir a los demas.
@Carlos Ballesteros: http://media.photobucket.com/image/pothead+/deadpurpleheart/huge-pothead.jpg
como la cita “Nos pasamos la vida trabajando y trabajando… para conseguir promocionar… para ganar más dinero… que nos permita comprar cosas que no necesitamos… para impresionar a gente a la que no le importamos…”
David, interesante artículo y como siempre invita a la reflexión..
Muchas veces he pensado en el artículo que escribiste sobre el ciudadano hongkonés (o hongkonita o como e diga), que tiene casi todo lo material, pero que se pasa el día estresado y su calidad de vida es muy baja.
Alguien que conozco mucho dice que la felicidad es la carencia de infelicidades (por eso los niños suelen serlo más)
Yo añado, la felicidad tiene muchos parámetros; materiales, sociales, afectivos y como no espirituales (el caso que relatas), pero es infinitamente más grata cuando es compartida y cuando afecta a la mayor parte de un grupo humano.
Dicho esto, no comparto mucho la existencia del que comentas en tu artículo. Prefiero la felicidad enorme de un grupo, de una pareja, de una familia, de unos amigos, …… antes que la felicidad individual (para mí, no es más que eso, una falta de infelicidades).
En fin, buen artículo.
La verdadera felicidad es pedirle a Dios que nos de lo necesario para vivir; no tanto porque corremos el riesgo de desconocerlo a Èl, y no menos de lo necesario porque terminaremos maldiciéndolo.
No es nada nuevo lo que se comenta en el artículo, pero es más que necesario que cada cierto tiempo se vaya recordando.
Desde mi punto de vista, el modelo económico (y me atrevería a decir que social) actual se basa en el crecimiento, en el MÁS. Esto conlleva que sea el modelo a imitar en tu vida diaria (la mayor parte de las veces por inercia, inconscientemente). El problema que le veo es que este sistema es efectivo cuando se dispone de recursos naturales infinitos, ya que puedes ir creciendo sin que la base en que se sustenta suponga un problema (considerando que es infinita). Pero no es así y alguno de nosotros llegará a verlo. Si a esto le sumamos el refrán de “tanto tienes, tanto vales” y un ego muy desarrollado al que hay que alimentar, pues tienes que demostrar que tienes más cosas y que por ello eres más que el resto (para ese tipo de personas, claro).
El tener bienes materiales supone un coste de mantenimiento, dicho en términos actuales. Cuanto más bienes materiales, más coste, y cuanto mayor es el coste, más dinero necesitas. Esto supone trabajar más o malversar/robar/apropiar/etc más, y entras en un círculo vicioso.
Pero bueno, yo lo tengo claro. El modelo occidental no busca la felicidad del individuo, sino la supervivencia del sistema/modelo.
En todo de acuerdo. Simplemente, habría que valorar el tamaño de nuestro valor, para poder tener la determinación de entrar a saco a analizar qué, realmente, nos hace feliz y a qué queremospodemos renunciar o no. Nada sencillo.