“No hay para pagar servicios públicos”, ha dicho el presidente Rajoy. Sí hay para mantener diputaciones inútiles y un Senado inoperante, traductores al gallego o euskera incluidos. No hay para educación. Sí hay para los miles de coches oficiales que circulan por España. No hay para la sanidad pública. Sí hay para los bancos que contribuyeron a crear la crisis. ¿Para ciencia? Lo sentimos, no hay. Sí hay para dar este año 128 millones en subvenciones a partidos políticos, sindicatos y patronal. No hay para asistir con dignidad a personas discapacitadas. No hay, no hay, no hay. Por no haber, no hay ni para reponer el papel higiénico en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid. Si no le importa, me utiliza la Hoja de Reclamaciones.