Los españoles ven una media de cuatro horas de televisión al día. Uno de cada tres nunca lee libros. Venía pensándolo al escuchar a nuestros políticos lamentar la muerte de Gabriel García Márquez, a pesar de que forman parte del segundo grupo. Nadie duda ya de que estamos gobernados por iletrados, aupados a sus puestos gracias a conspiraciones de partido, prebendas y amiguismos. Con esa particularidad tan española: lejos de disimular su ignorancia, los nuestros la exhiben con orgulloso desparpajo. Sigue leyendo