La frase perdura en el vocabulario nacional, inmune a desperfectos políticos, crisis económicas y realidades incómodas, transmitida de generación en generación, repetida con la religiosidad de los votos de una boda, en la prosperidad y en la adversidad, con tres o seis millones de parados, digan lo que digan, COMO EN ESPAÑA NO SE VIVE EN NINGUNA PARTE. Sigue leyendo