España produce “canallas, delincuentes, demagogos y cobardes en relación desproporcionada a su población”, que diría el difunto Reinaldo Arenas. Pero como los científicos no han encontrado aún un gen español que determine nuestra propensión al engaño, habrá que concluir que la putrefacción nacional tiene otras causas. Culturales. Políticas. Educativas… El resultado es un país tan podrido moralmente que una parte de su clase política no tiene inconveniente en saquearlo mientras miles de familias son embargadas, toda una generación de jóvenes es condenada a la precariedad o el exilio y nuestra infancia se sitúa en niveles de pobreza de naciones que llamamos subdesarrolladas. Y, claro, dan ganas de decir que son unos grandes hijos de puta. Sigue leyendo
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El secreto de Pablo Iglesias
No es la melena. Tampoco Podemos, el pegadizo nombre de su partido. Ni siquiera su capacidad de oratoria o su carisma, aunque Pablo Iglesias es infinitamente mejor comunicador que cualquiera de sus rivales. Los tertulianos de la derecha son arrojados al plató como si fuera el foso de los leones y él los devora sin despeinarse, incluso cuando le abandona la razón o tropieza en la contradicción. Pero tampoco es la debilidad de los oponentes su gran secreto. El verdadero secreto de Pablo Iglesias es haber entendido que en un país cada vez más inculto y superficial, donde toda una generación ha sido educada en la telebasura y el griterío, el héroe moderno nace en horario de máxima audiencia. Era cuestión de tiempo que España produjera una versión masculina, culta y política de Belén Esteban. Sigue leyendo
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Curro Jiménez y los bandoleros de la casta
Me tumbé en una hamaca de una playa de Formentera y el encargado me pidió 20 euros. Me pareció un precio justo, si hubiera incluido champán y abanicado cada cinco minutos. Fui a jugar al tenis a una pista municipal en Madrid: 6,5 euros más el parquímetro. Pensé de dónde sacarían el dinero los chavales del barrio. En un bar de Chueca me preguntaron si quería mi bebida de importación, sin saber que el camarero tendría que ir a buscar el vodca a Moscú. Eran 15 euros. Sigue leyendo
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Los payasos de la tele
Los españoles ven una media de cuatro horas de televisión al día. Uno de cada tres nunca lee libros. Venía pensándolo al escuchar a nuestros políticos lamentar la muerte de Gabriel García Márquez, a pesar de que forman parte del segundo grupo. Nadie duda ya de que estamos gobernados por iletrados, aupados a sus puestos gracias a conspiraciones de partido, prebendas y amiguismos. Con esa particularidad tan española: lejos de disimular su ignorancia, los nuestros la exhiben con orgulloso desparpajo. Sigue leyendo
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Como en España no se vive en ninguna parte (ni se vivirá jamás)
La frase perdura en el vocabulario nacional, inmune a desperfectos políticos, crisis económicas y realidades incómodas, transmitida de generación en generación, repetida con la religiosidad de los votos de una boda, en la prosperidad y en la adversidad, con tres o seis millones de parados, digan lo que digan, COMO EN ESPAÑA NO SE VIVE EN NINGUNA PARTE. Sigue leyendo
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El país que se perdió el respeto a sí mismo
Escuchando el debate sobre la decadencia de España podría llegarse a la conclusión de que ocurrió por accidente, que fuimos atropellados por el infortunio. Se habla de los corruptos como si fueran extraterrestres llegados de un universo lejano. Miramos al exterior y envidiamos a los políticos de otros países, sorprendidos por su estatura moral incluso a la hora de reconocer el error y renunciar. Nos preguntamos por qué tenemos que conformarnos nosotros con los mediocres, los cobardes y los golfos. ¿Nos los eligen en Finlandia? ¿No será que son reflejo de la sociedad?
España se mira al espejo y no se gusta, pero tampoco parece dispuesta a hacer nada por cambiar. Clama contra los políticos, pero vota a los de siempre. Se indigna ante la corrupción, pero pregunta si puede pagar en negro. Detesta el nepotismo, pero qué hay de lo de mi sobrino. Pide cultura, pero premia con las mejores audiencias la televisión más zafia. Y exige respeto, aunque hace tiempo que se lo perdió a sí misma. Sigue leyendo
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