Es difícil encontrar más cobardía que en esos políticos que cogen el avión oficial, se plantan en Afganistán, les dicen a los que allí se juegan la vida que aquello no es una guerra y se vuelven a toda prisa a sus confortables despachos de Madrid, no vaya a serlo. Y ahí os quedáis, en vuestra no guerra.
Lo hacían los del anterior gobierno y lo hacen los de ahora. El nuevo ministro de Defensa español, Pedro Morenés, logró ayer dar todo un discurso sobre la situación en Afganistán y la presencia de nuestras tropas en el país sin mencionar una sola vez la única palabra que define la situación. Repita conmigo: guerra. Como entiendo que quizá no lo sea para usted, ni para los políticos que la empezaron y la han prolongado durante una década, le dejo los nombres de los 98 soldados españoles que fueron enviados a la no guerra y se dejaron la vida descubriendo que efectivamente lo era. A ellos hay que añadir sus familias. También ellas saben que en Afganistán se libra una guerra. Los soldados afganos y de otros 26 países fallecidos o mutilados. Las decenas de miles de civiles muertos… Para todos ellos, señor ministro, en Afganistán se libra una guerra.
*Publicado en elmundo.es (17/01/2012)
Pingback: La no guerra del PP | La Voz de Barcelona
El lenguaje no es lo que define la realidad, sino que la reinventa. Tiene como fin la manipulación, ha perdido la honestidad, como casi todo. Ya no hay razón de ser para las palabras, cada uno que entienda lo que quiera.
Lamentable, efectivamente. Si no nos enfrentamos a la realidad, difícilmente podremos transformarla. Así estamos.
David, aquí manda la sociedad y la española actual no quiere oír la palabra “guerra”. Pues nada, no se dice y punto. Como sucede en las historias de Harry Potter con Voldemort, el innombrable, «quien tú sabes» o «el que no debe ser nombrado». Ridículo.
Pienso que no es achacable a la clase política. Les hemos obligado a utilizar ese lenguaje. Si no lo hacen automáticamente son tachados de “fascistas” por una sociedad simple y compleja a la vez.
Hay cobardía por llamar a cada cosa por su nombre. Quizá con ello engañamos a nuestro subconsciente y dormimos mejor.
¿Deberíamos ser valientes y decir “guerra” sin problemas?
Difícil, tenemos el síndrome de la “corporación dermoestética”.
Por ejemplo, queremos cambiar la historia a nuestro gusto. Los acontecimientos históricos sucedieron de una manera, pero sabemos asociar un hecho o una situación con un momento concreto. No nos gusta con nuestra óptica del 2012. Pues nada, lo cambiamos y tan a gusto.
En fin, que falta madurez social.
El lenguaje no ha perdido la honestidad, las personas quizá..algunas…seguro. Somos las personas quienes utilizamos el lenguaje para nuestros fines. Los eufemismos han existido siempre, a lo mejor solo nos dicen lo que queremos oir, a lo mejor es verdad que si cerramos los ojos la realidad no existe…
Estoy de acuerdo en el empeño de esconder la palabra “guerra” por parte de los políticos, pero en este caso tu manipulación es mayor que la suya, David.
Entre los 98 muertos incluyes a 79 víctimas de accidentes aéreos. Entre ellas a los 62 militares que murieron en Turquía por culpa del mal estado del Yak-42 que contrató Defensa, y que se hubiera estrellado igual, hubiera guerra o no la hubiera en Afganistán. Te guardas muy bien de dar ese dato. También incluyes a cuatro víctimas de ataques al corazón y dos muertos en accidente de tráfico.
Indudablemente, la misión es Afganistán es más peligrosa de lo que los políticos nos quieren vender, pero tu artículo sí que es un ejercicio de manipulación digno de estudio.
Quizá tiene más sentido contabilizar a los soldados que mueren durante los trayectos de ida y vuelta a una guerra entre las víctimas de tráfico. La realidad es que los pasajeros del Yak-42 no murieron tras haber pasado unas vacaciones en las Maldivas, sino en la guerra. El avión quizá se hubiera estrellado igual, pero no con los soldados dentro. Al parecer consideras que también son víctimas de simples “accidentes aéreos” los que fallecieron en accidente de helicóptero en territorio afgano, una zona bélica. Para mí son todos bajas en una guerra, independientemente de las causas concretas, y por eso se les dio la medalla a los caídos en servicio. Saludos
Simplemente considero que la muerte de esos soldados no tiene ninguna relación con el hecho de que en Afganistán haya o no haya una guerra.
Si lo de Afganistán fuera en efecto una “misión humanitaria” el Yak-42 se habría estrellado igual y los muertos serían los mismos.
Esa es la razón por la que utilizar el acccidente del Yak como demostración de que lo que hay en Afganistán es una guerra es un argumento falaz.
Cuanta razón tienes Sr Jiménez, a si es la política actual, solo les interesa verla de lejos, o estar a distancia del conflicto!!