Han pasado dos décadas desde que pisé por primera vez El Mundo como becario. Cuando vuelva al lugar donde empezó todo, en unas semanas, lo haré como su nuevo director. Nada de lo esencial habrá cambiado: seguiré siendo un simple periodista, uno más en una redacción que ha pasado por momentos duros y ha demostrado una admirable determinación para superarlos. Mi etapa como director habrá sido un éxito si consigo estar a su altura.
Los últimos 17 años he vivido fuera de España, primero como corresponsal y durante el último año tratando de seguir aprendiendo en la Universidad de Harvard. Mis días como reportero, en las montañas de Afganistán o las ciudades arrasadas por el tsunami de Japón, en las barriadas pobres de Manila o las avenidas impolutas de Singapur, forjaron en mí una lealtad inquebrantable hacia las personas que me permitieron contar sus historias y los lectores con quienes las compartí. Mi etapa como director habrá sido un éxito si no olvido que mi lealtad primera debe estar siempre con ellos.
Haber desarrollado casi toda mi carrera fuera de España tiene sus inconvenientes, y requerirá de un rápido aprendizaje y el apoyo de mis compañeros, pero también conlleva una gran ventaja: no tengo ninguna afinidad especial por ningún partido político en España. No debo favores a nadie. Nadie me los debe a mí. Mi única agenda será la búsqueda de la verdad, la denuncia de la corrupción, la independencia de las instituciones, la regeneración de la democracia de España y la defensa del derecho de los ciudadanos a conocer cualquier información relevante para sus vidas. Mi etapa como director habrá sido un éxito si reúno el coraje periodístico para mantener ese compromiso.
Nos equivocaremos, sin duda, y pediremos disculpas por ello. Acertaremos, espero que a menudo, y aún así nos empeñaremos en mejorar. Buscaremos la noticia allí donde se encuentre y se la ofreceremos al lector, al oyente y al espectador a través de todos los canales y plataformas disponibles para que sea él quien elija cómo, cuándo y dónde quiere estar informado. Intentaremos adaptarnos a los cambios y aprovechar las inmensas oportunidades que nos ofrece la tecnología para llevar el mejor periodismo al mayor número de ciudadanos posible. Lo que no cambiaremos nunca serán nuestros principios periodísticos. Uno seguirá siendo, en un despacho de la Avenida de San Luis o en Kabul, un simple periodista que mantiene intacto el idealismo de aquel becario que creía que el periodismo puede ayudar a mejorar las cosas.
Me alegro mucho. Mucha suerte. Espero que puedas mantener vivo tu blog y con la misma calidad y orientación.
Tienes la gran responsabilidad de que un medio en España merezca la pena y estoy segura que no defraudarás. Mi enhorabuena para el periodismo.
Alea jacta est… Precioso compromiso el tuyo.
Mis mejores deseos y que se cumpla tu sueño.
Gracias por hacernos creer que con independencia todavia se puede llegar. Abrazos
Enhorabuena!! te lo mereces! habia dejado de leer el mundo desde hace dos anios, a partir de ahora la cosa cambiara :)
Te agradeceremos que desenmascares todas las mentiras que ha publicado El Mundo sobre los catalanes y el proceso independentista.
David enhorabuena. Que tengas mucha suerte y que te dejen hacer bien tu trabajo. Aquí estaremos siguiéndote.
No soy lector de El Mundo, pero estaré atento. Sólo con tus intenciones, y tu forma de expresar la naturalidad, te me has ganado. Para un «comentarista» como yo, de 30 años en los medios, que venga gente como tu es enormemente importante. Nos enseña a todos.
Leyendo los comentarios, ¡qué asco laudatorio!
¿Porqué tanta alabanza? ¿Espera la gente entrar en el periódico fija en plantilla?
Enhorabuena David. Suerte en este reto. Muy grande
Nacho GM