Circula por Internet un artículo que está haciendo mucho ruido. Lleva por título El Triunfo de los Mediocres y me ha llegado por diferentes vías atribuido indistintamente a Juan José Millas, Vargas Llosa, un anónimo “pero brillante” profesor de universidad o mi admirado Forges, entre otros. En realidad el texto no es de ninguno de ellos -ni de las decenas de autores que lo firman como suyo o lo publican sin identificar al autor-, sino de un servidor. O al menos eso creía.

El texto se ha copiado, firmado a otros y reproducido sin cita tan a menudo que algunos lectores me escriben cabreados para denunciar lo que consideran un plagio, exigiendo que deje de atribuirme lo que es mío. Estoy por hacerles caso y confesar, aunque solo sea por terminar con los desmentidos.

El artículo en cuestión fue publicado originariamente en esta página en febrero de 2012, pero revive ahora tras haberse consolidado la más improbable de las autorías alternativas, pues sabido es que Forges es humorista gráfico y no columnista. Por supuesto Forges nada tiene que ver con el hecho de que el Triunfo de los Mediocres haya pasado a ser de su propiedad e incluso se ha confesado harto de negar su autoría. En todo caso renuncio a averiguar el origen del malentendido, porque Internet me abruma. Tampoco dispongo de las energías para hacer frente a los vampiros digitales, que me superan en número y determinación. Menos aún por un artículo cuya popularidad -solo en este blog va por las 200.000 visitas- me resulta incomprensible, pues solo contiene obviedades. Entre ellas, que nuestra crisis es mucho más que económica y que vivimos en una sociedad que fomenta la mediocridad, donde “la creatividad es marginada, cuando no robada impunemente”. Supongo que Forges estará de acuerdo.

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