Su director se declara virgen

Conocerán el curioso caso del director de periódico que grita en las tertulias lo independiente que es su medio, sin que le sorprenda que todo lo que publica coincida con la opinión de un mismo partido político. Siempre. Sobre cualquier cosa. Ya escribimos en este blog que la independencia, en periodismo, tiene al menos una cosa en común con la virginidad: una vez perdida, no hay manera de recuperarla. Pero los hay que tras una carrera llena de promiscuidad y affaires, prostituidos todos sus principios periodísticos y recogidas las debidas prebendas, siguen presentándose como los más castos. Sin duda, creen que sus lectores son idiotas.

Se presenta como el cuarto poder

¿Cuántos periódicos, telediarios o radios dieron prioridad a la información de que la familia Botín tenía 2.000 millones de euros en Suiza y recibió trato de favor para regularizar su situación? Sí, hablamos del mismo fisco que a usted le exprime como un noruego a cambio de darle servicios griegos. La noticia fue debidamente arrinconada, a pesar de ser protagonizada por el primer banquero del país. Si no les gusta el ejemplo, tengo otros, que diría Groucho Marx. El verdadero cuarto poder, cuando no el primero, es una oligarquía económica que hace y deshace a su antojo, protegida por unos políticos que esperan formar parte de ella cuando abandonan sus cargos y una prensa que, salvando excepciones puntuales, carece de la tradición democrática o el coraje para denunciar sus desmanes.

Copia a la competencia

Solía ocurrir que el periódico no desvelaba su contenido hasta que llegaba a los quioscos por la mañana, lo que hacía difícil que la competencia pudiera piratear su contenido. Los tiempos han cambiado y con Internet los medios tienen al alcance la posibilidad de saber lo que hace el otro al instante, ventaja que la mayoría aprovechan para copiarse. El resultado es más información que nunca, menos original. Tanto plagio informativo funciona estupendamente, hasta que la noticia reproducida resulta ser falsa y, ¡ups!, se desvela que la fuente fue un clic de ordenador. Especial mención merecen algunos diarios digitales que llevan años sin publicar una información propia y se presentan como el nuevo periodismo. La mala noticia es que quizá lo sean.

Ofrece periodismo de bajo coste y dice que es caviar informativo

Llama la atención la cantidad de medios que, al ver que el periodismo entraba en crisis, decidieran recortar… en periodismo. Es como si al herido que llega al hospital, en lugar de hacerle una transfusión, se le extraen las últimas gotas de sangre. Con un descenso brutal de circulación y publicidad, algunos ajustes eran inevitables en la prensa tradicional. Pero la mayoría fueron más lejos: despidieron a grandes profesionales porque «salían caros», ahuyentaron a los mejores freelance con pagos humillantes, crearon fábricas de periodismo de todo a cien, empezaron a contar lo de Ucrania desde Toledo y lo de Toledo desde la redacción. Y le dijeron al lector, oyente o espectador que el producto que ofrecían no solo tenía la misma calidad, sino más. Que textos con erratas, a veces ininteligibles, huérfanos de los datos más elementales y carentes de la más mínima calidad narrativa, que el cotilleo de peluquería y el sexyperiodismo fácil, es caviar informativo. Ay, si el lector fuera lo suficientemente idiota para no darse cuenta.

Mastica las noticias por usted

No importa que sea sobre actores peor vestidos o la guerra en Siria, cada vez es más difícil encontrar artículos que no estén troceados, resumidos, simplificados y divididos en algún tipo de lista. Los 33 alimentos más sanos, los 10 trucos para hacer a tu pareja feliz en la cama o las cinco cosas que las personas exitosas deben hacer antes de las 8 AM (esta última información me contrarió, porque uno creía que el éxito consistía en no tener que madrugar). Cada vez son más los que creen a sus lectores incapaces de leer un texto de más de 600 palabras sin rebajarlo al nivel de comprensión de un escolar de primaria. Todo lo ofrecen masticado y liviano, sin demasiada información, no vaya a atragantársele a alguien. Es como si alguien que quisiera escribir sobre el mejorable estado del periodismo se limitara a dividir su artículo en las cinco pistas que demuestran que los medios creen que su público es idiota. Para no volver a leer a su autor, vamos.

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