Publicadas varias entregas del blog, quizá sea momento para presentarlo. Exageraría si dijera que lo que aquí escriba será la verdad. Ésta no existe más allá de la interpretación que cada uno hace de ella y tengo por costumbre empezar dudando de la mía. Mi compromiso con quienes se dejen caer por aquí es escribir de forma honesta cuando no objetiva, sin intención de ofender pero sin temor a hacerlo, si no con la libertad de los locos -hace falta demasiada cordura-, al menos con la independencia de los huérfanos de religión, ideología o partido político. Dejaré mis notas con la frecuencia que mi indisciplina crónica y las ocupaciones que pagan mis recibos domésticos lo permitan. No se censurará ningún comentario, por duro que sea con lo escrito o su autor, a excepción de los que empleen el pobre argumento del insulto. La página permanecerá abierta mientras le quede un subscriptor. Y éste no pida su cierre.